Para conseguir estos objetivos es preciso conocer nuestras necesidades fisiológicas y las que vienen determinadas por nuestro estilo de vida, recurriendo a los alimentos y seleccionando lo mejor de ellos como una fuente constante de vitalidad.
La adolescencia y la juventud es una etapa ideal para elegir invertir en salud. Comer saludablemente no es sinónimo de dieta austera, aburrida, o de hambre. Todo lo contrario. Descubrir los sabores, colores, aromas y texturas que nos ofrecen los alimentos y decidir aprovecharlos como base de nuestra alimentación es una experiencia creativa que nos ayudará sentar las bases de una vida saludable.
La adolescencia y la juventud es una etapa ideal para elegir invertir en salud. Comer saludablemente no es sinónimo de dieta austera, aburrida, o de hambre. Todo lo contrario. Descubrir los sabores, colores, aromas y texturas que nos ofrecen los alimentos y decidir aprovecharlos como base de nuestra alimentación es una experiencia creativa que nos ayudará sentar las bases de una vida saludable.